Comunicación
Las cooperativas agroalimentarias asumen los nuevos retos medioambientales para liderar el futuro
Las cooperativas agrícolas y ganaderas de Extremadura son empresas de economía social sostenibles económica, social y medioambientalmente, utilizando medios de producción respetuosos con el medio ambiente y el bienestar animal
El cooperativismo agroalimentario es una importante parte de la economía social de Extremadura, donde este movimiento está representado por Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura como federación que aglutina a las cooperativas agrícolas y ganaderas y a su industria alimentaria para impulsar su competitividad.
Esas cooperativas, que son las empresas de los agricultores y ganaderos extremeños, desempeñan un papel fundamental en la economía y el desarrollo agroindustrial de Extremadura, generando riqueza y empleo y comprometidas con las zonas rurales y con el medio ambiente.
A la indispensable función social de las cooperativas agroalimentarias extremeñas, que como empresas de economía social tienen como base valores como la igualdad, la solidaridad y la democracia, se suma la labor medioambiental que realizan, ya que cuidan del medio ambiente con prácticas respetuosas en las tareas de sus agricultores y ganaderos socios y velan por la eficiencia en el uso del agua y la energía, obteniendo por ello diversos premios nacionales en innovación.
Estas cooperativas son, por tanto, generadoras de ecosistemas beneficiosos para el medio ambiente, preservan y fomentan la biodiversidad y favorecen el desarrollo de una agricultura y ganadería sostenibles y responsables, además de una industria cooperativa en la región que impulsa la economía verde y circular, desempeñando así una importante tarea en la lucha contra el cambio climático.
Extremadura cuenta actualmente con cooperativas agroalimentarias pioneras en la economía circular, que aprovechan subproductos de otras empresas cooperativas para darles un nuevo uso y obtener compost con el que retornar al suelo sus nutrientes o cogenerar electricidad; cooperativas que han apostado por la biodiversidad de cultivos y por la ganadería ecológica, así como por aprovechar subproductos como la lana; cooperativas que utilizan biomasa en las calderas de secaderos y tienen instaurado el ahorro energético en sus procesos industriales; y cooperativas que han creado líneas de negocio a partir de fruta de destrío.
Todo ello refleja el indispensable papel de las cooperativas en el territorio, siendo sostenibles, cuidando el medio rural porque forman parte de él, creando empleo, mejorando la calidad de vida de sus habitantes y evitando la despoblación. Y todo ello sin dejar de producir alimentos sanos y de calidad para que lleguen con todas las garantías desde el campo a la mesa, ya que los alimentos cooperativos son producidos cumpliendo los estándares de calidad y seguridad más rigurosos del mundo.