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El futuro del vacuno de carne
Estamos aún a tiempo de que se pongan en marcha medidas específicas para el vacuno de carne que puedan mitigar la crisis económica en la que se encuentra.
La actual crisis económica que vivimos, provocada por la crisis sanitaria por COVID-19, ha tenido un fuerte impacto en el sector de vacuno de carne, que atraviesa por una situación en la que a la bajada de precios en origen se ha sumado un excedente de animales por las limitaciones en la comercialización, especialmente en la restauración y la hostelería, que es donde mayormente se consumen los alimentos que produce este sector con una calidad excepcional.
Durante el Estado de Alarma decretado en marzo los sacrificios bajaron un 18% y empezaron a notarse las dificultades. En Extremadura los precios de terneros cayeron entre un 15 y un 20% y más del 30% en el caso de las vacas de desvieje. Estas últimas suponen un ingreso importante para una explotación bien gestionada, sobre todo cuando ahora la nueva IGP Vaca de Extremadura puede suponer una oportunidad para rentabilizarlas aún más.
Sin embargo, el panorama del sector no es el mejor, porque a todo ello se une las repercusiones negativas del uso de términos como hamburguesas vegetales y la caída del consumo, que ha sido del 70% en el canal Horeca, por lo que aunque aumente un poco el consumo en el hogar difícilmente cubrirá esas pérdidas.
Ahora, en la nueva situación sanitaria y económica en la que nos encontramos, se pueden agravar situaciones difíciles para muchos sectores, como ya ocurrió hace unos meses, porque puede ser el remate para muchos de ellos que confiaban el año en la Navidad por la recuperación que pudiera tener la hostelería en esa época.
De esta forma, la caída de precios va a ser continua, por lo que estamos aún a tiempo de que se pongan en marcha medidas específicas para el vacuno de carne que puedan mitigar la crisis económica en la que se encuentra. Y es que este sector quedó fuera de las ayudas establecidas para otros sectores ganaderos, también profundamente afectados y que les han permitido mejorar, aunque sea en parte, su situación en el mercado.
No se incluyó al sector dentro de esas medidas porque en principio la caída de precios en otros sectores había sido más pronunciada que en el vacuno de carne, que es el único sector ganadero, por tanto, que no ha tenido ayudas, ni regionales ni nacionales. Mientras, el almacenamiento privado impulsado por la Unión Europea no ha funcionado.
Y ahora las consecuencias de las que venimos advirtiendo por esta crisis son más que evidentes.
Por eso, desde Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura hemos pedido que se incluya al sector en estas medidas, del mismo modo que existen en otras comunidades autónomas, que han implementado ayudas específicas del Plan de Desarrollo Rural (PDR). Cooperativas Agro-alimentarias de España ha presentado una serie de medidas concretas al Ministerio de Agricultura y el propio ministro las ha pedido recientemente porque la situación del sector es ya preocupante.
Estas ayudas salvarían a un sector en el que el aumento de la producción ha sido considerable en los últimos dos años, siendo España y Polonia los dos únicos países de la UE con este incremento, que en el caso de nuestro país ha sido de 300.000 vacas. De ellas, un tercio son de Extremadura, que es además la segunda región productora en vacuno de carne después de Castilla León. Por provincias, Cáceres es la primera en censo de vacas nodrizas y Badajoz es la tercera. La segunda es Salamanca.
Unos datos que avalan la importancia del sector de vacuno de carne, cuyos ganaderos han incrementado la productividad, porque el número de explotaciones no ha aumentado, sino que han crecido las que tenemos, dando más competitividad a la parte productora de este sector.
Por tanto, ahora estamos a tiempo de ayudar a este sector, que es tan importante en Extremadura, donde tenemos una ganadería extensiva espectacular, con más beneficios sociales, económicos y medioambientales de los creemos. Es un modelo productivo sostenible ligado al territorio, que fija la población rural, que cuida y conserva el medio ambiente, que evita incendios, y que tiene una trazabilidad extraordinaria.
Estamos haciendo las cosas bien. Si seguimos así y recibimos apoyo de la Administración con ayudas, el vacuno de carne tendrá futuro.