Han adaptado las máquinas plantadoras para instalar mamparas de protección entre los trabajadores en el campo y garantizar su seguridad
Los productores extremeños de tabaco han llevado ya a cabo todas las labores de plantación en las 8.300 hectáreas dedicadas a este cultivo en esta campaña y la mayoría de las cuales se encuentran en Extremadura, que concentra el 95% de la producción nacional. Estas labores en el sector del tabaco han discurrido con total normalidad a pesar de la crisis sanitaria provocada por el COVID-19 y los tabaqueros extremeños han adoptado las máximas medidas de seguridad para la protección de trabajadores en campo.
Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura ha destacado la alta concienciación en este sentido de los agricultores y ganaderos extremeños que, junto a las cooperativas agroalimentarias de la región, continúan trabajando diariamente para garantizar el abastecimiento de alimentos a la población con responsabilidad y seguridad alimentaria y sanitaria, demostrando que es un sector esencial y estratégico.
Así, en el caso de los agricultores del sector tabaquero extremeño existe un alto compromiso y concienciación, disponiendo de Equipos de Protección Individual (EPIs) que utilizan y que facilitan también a los peones en el campo, modificando incluso las máquinas plantadoras para instarla mamparas de metacrilato, de forma que se incrementa la seguridad de los trabajadores que van sentados en la misma y que guardan una distancia de 1,20 metros.
De este modo, se han plantado las 8.300 hectáreas dedicadas al cultivo de tabaco en esta campaña, para la que se han contratado más de 27,9 millones de kilos que se producirán en las más de 1.500 explotaciones tabaqueras en España y de la que el 95% se produce en Extremadura, en su mayoría de la variedad Virginia.
Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura, que concentra el 50% del sector tabaquero nacional, recuerda así que el cultivo y la primera transformación de tabaco tienen una gran importancia económica y social en las zonas rurales productoras y, en particular, en las comarcas del norte de la provincia de Cáceres con poblaciones que dependen de estas actividades, que contribuyen a mantener vivos los núcleos rurales y al desarrollo de una economía integradora y sostenible.
Por otro lado, las empresas de primera transformación -con dos fábricas y 8 centros de recepción y almacenamiento de tabaco- dan empleo directo a más de 400 trabajadores. Las actividades de cultivo y primera transformación de tabaco contribuyen de manera esencial a la fijación de la población en las comarcas tabaqueras generando unos 17.000 empleos directos e indirectos en el sector.