La producción de ibérico de bellota ha aumentado un 30% con respecto al año anterior, debido a que el sector del ibérico se está estabilizando por varios motivos.
La montanera ha sido buena este año en Extremadura, tanto en cantidad como en calidad, con unos precios de los cerdos de bellota más que aceptables y con unos costes en alimentación asumibles por los ganaderos, contribuyendo al ánimo en el sector tanto a nivel productor como transformador.
Esta montanera ha sido la segunda tras la implantación de la nueva norma de calidad y tras la salida de gran crisis que ha afectado al sector desde el año 2007 hasta 2013, y tras la puesta en marcha del sistema de información Ítaca coordinado por ASICI.
La montanera es el periodo en el que el cerdo ibérico se alimenta en la dehesa, principalmente de bellota, siendo Extremadura la región más importante para la producción de cerdos ibéricos de bellota al contar con más de 1,2 millones de hectáreas de dehesa.
Con ello, la producción de la montanera depende de varios factores, como la pluviometría y temperaturas del año o el estado de la arboleda y su densidad, que condicionan la carga ganadera que admite una finca de dehesa.
Este año ha habido una aceptable producción de bellota y, aunque en los primeros días del otoño muchas cayeron al suelo, ha habido suficientes para servir, junto con la buena producción de hierba especialmente al final del invierno, de alimento para los 670.000 cerdos de bellota que se han sacrificado en esta campaña de montanera, de los que unos 250.000 eran extremeños.
Estas cifras suponen un aumento de la producción de ibérico de bellota de un 30% con respecto al año anterior, debido a que el sector del ibérico se está estabilizando por varios motivos. Uno de ellos es la salida que se dio hace ya tiempo a las existencias de stocks de las industrias, por lo que están demandando cada vez más producciones de cerdo ibérico de calidad de bellota.
El crecimiento de las producciones está siendo progresivo y un tanto contenido porque el sector no se ha recuperado del todo, existe todavía cierta incertidumbre comercial y financiera. Es de desatacar que al ganadero le supone realizar una gran inversión en directa y con un gran coste de oportunidad el llevar los cerdos hasta la edad de sacrificio, los 14 meses mínimo.
Por otro lado no hay que olvidar la puesta en marcha de la nueva norma de calidad vehiculada por el Real Decreto 4/2014 de 10 de enero, que está limitando la capacidad productiva de las explotaciones ganaderas tanto intensivas como extensivas, y el sistema información informatizada ÍTACA para la correcta llevanza de la trazabilidad de las producciones y sus productos transformados.
Todas estas circunstancias están causando que no se disparen los censos de ganado ibérico y haya un mayor equilibrio comercial entre oferta y demanda, lo que conlleva a que los precios para el ganadero sean buenos. En concreto, este año los precios han sido muy estables, situándose la calidad cerdo Ibérico de bellota en una media de 31,125 euros por arroba, algo menos que el año pasado que fue de 33,275 euros por arroba para esta misma categoría. A esto hay que sumarle el precio contenido de los piensos, que son necesarios para alimentar a los cerdos hasta que son primales, es decir hasta la entrada en la montanera, lo que también ayuda a la no mala situación del sector.
