Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura analiza la situación del sector arrocero extremeño ante el inicio de la campaña.
El mes de abril es el que da el pistoletazo de salida a la campaña de arroz en Extremadura. Si la del año pasada fue nefasta para el sector, la de 2023 empieza siendo bastante problemática y engorrosa. A la sequía y la disponibilidad de agua se suman otras dificultades que afectan a la producción, como las importaciones de arroz, la gestión de las materias activas para el tratamiento de plagas y enfermedades y los incrementos de precio de los insumos agrícolas y energéticos.
Empecemos por el principio para fijar mejor la fotografía actual del sector arrocero extremeño. La sequía y la falta de agua han afectado negativamente la cosecha de arroz en nuestra región y lo peor de todo es que no es algo circunstancial. Aunque partimos de una situación mejor respecto al año pasado en cuanto a posibilidad de siembra. Y menos mal, porque no podríamos haber aguantado otro año sin cultivo. Es algo económicamente insostenible para nuestros arroceros.
Desde Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura estimamos que este año habrá aproximadamente unas 10.000 hectáreas susceptibles de siembra. Esto, por supuesto, siendo muy cautos, ya que la campaña no se inicia hasta mediados de este mes de abril. Esa cifra representa el 50% de la superficie que se destina a este cultivo en Extremadura durante una campaña normal.
Pero es que la meteorología no está acompañando absolutamente en nada para mejorar la situación. El invierno ha sido seco y el inicio de la primavera lo está siendo también, así que no va a haber más agua de la que hay ahora y esto, para el sector del arroz, supone un gran contratiempo que afecta especialmente a la siembra directa, una forma de cultivo por la que se ha apostado firmemente desde Extremadura para realizar la gestión tan sostenible del agua y control de malas hierbas que llevan a cabo los arroceros.
Estamos al inicio de la primavera, así que puede ser que llueva lo suficiente para que se pueda realizar esa siembra directa del arroz. En caso de que no fuese así, pasaríamos a sembrar con inundación y eso supone un mayor consumo, peor control de malas hierbas por lo que es una preocupación importante para el sector.
La disponibilidad de variedades tampoco hace que el panorama sea muy halagüeño. Por un lado, porque sin seguridad de disponibilidad de agua un agricultor no puede reservar semillas si no sabe si va a poder regar o no. Por otro lado, porque tras la mala campaña del año pasado, no hay semillas apropiadas o, al menos, las que nos interesan en Extremadura, que son las de las variedades de arroz redondo.
Encima, desaparecen herbicidas y desde las cooperativas ya estamos tramitando la solicitud excepcional, trabajando así para favorecer a todo el sector agrario extremeño. Como siempre.
Así que la campaña se presenta difícil, incierta y complicada tras un año para olvidar en el sector arrocero extremeño. Un año en el que además los compradores buscaron otros mercados para abastecerse y eso va a tener consecuencias para el precio de este año.
De ahí que las cooperativas hayamos pedido ya el establecimiento de medidas eficaces que protejan al arroz europeo de las importaciones más baratas de países terceros producidas con normas de calidad, sanidad, medioambientales y laborales más bajas que las de la Unión Europea. Porque la ausencia de esas medias provocaría una caída de la producción con consecuencias económicas muy negativas para las zonas rurales y un aumento de la dependencia del consumo europeo de arroz de terceros países. Desde el sector productor, creemos que Europa no considera el cultivo del arroz como una producción estratégica y a los hechos me remito. Ante la crisis sanitaria del Covid, el sector dio la cara y puso a disposición de los mercados la producción y con esto se aseguró el suministro y el precio.
Esas medidas se basan en reforzar la protección arancelaria y activar la cláusula de salvaguarda automática. Ya hemos mantenido diversas reuniones a nivel nacional y europeo y seguiremos teniéndolas para contar con todo el apoyo posible, puesto que aún hay tiempo para negociar antes de que concluya la presidencia sueca de la UE. Lo que planteamos es que se incluya el arroz en el artículo 29 de la propuesta de la Comisión Europea sobre la reforma del Reglamento del Sistema de Preferencias Generalizadas, en lugar de incorporar el arroz en el procedimiento del artículo 32 de la propuesta, que no tiene una definición tan clara y es más lento de llevar a cabo porque implica que cualquier medida para proteger al sector sea votada por todos los Estados Miembros.
De ahí que defendamos el artículo 29, que en la práctica supondría la aplicación automática de esa cláusula de salvaguarda cuando las importaciones de países terceros sobrepasen un determinado umbral.