Mercado volátil

Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura analiza la situación del sector de cultivos herbáceos en Extremadura.

Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura ha realizado una segunda estimación de producción y superficie de esta cosecha de cereales en la región, que supone una reducción del 48% respecto a la campaña del año pasado. Unos datos que mejoran levemente la previsión inicial que realizamos, en la que calculamos un 55% de reducción de producción. Un poco más arriba o abajo, lo cierto es que este año tendremos prácticamente la mitad de cosecha de cereales que la última campaña y estimamos que será de poco más de 395.000 toneladas frente a las 760.402 toneladas de cereales que cosechamos en 2022.

La sequía está detrás de esta caída de la producción, provocando una situación de gran incertidumbre entre los agricultores desde el inicio de campaña, especialmente ante unos costes de producción que han ido en aumento y que ahora se han estabilizado, pero que se agrava con el panorama que se dibuja ahora con los últimos bombardeos de Rusia a infraestructuras portuarias ucranianas.

Parece que hemos retrocedido un año en sólo unos días y ha despertado el fantasma de una crisis alimentaria global motivada por el bloqueo del acuerdo de exportación de grano de Ucrania y por la bajada de cosecha de cereales en nuestro país por la sequía.

Sin embargo, todo esto es muy volátil y mañana puede cambiar el panorama que ahora tenemos, por lo que no creo que lleguemos a una situación de desabastecimiento. Lo que sí hará será encarecer el precio de nuevo de los alimentos y añadir más incertidumbre a la campaña. En sólo una semana el precio del trigo ha aumentado en 20 euros por tonelada. Aunque sigue estando lejos de los 350 euros por tonelada que se registraron hace justo un año, es una subida fulminante en tan poco tiempo y muy difícil de prever si continuará o se normalizará.

Esto es bueno o malo según para quién. Es muy buena noticia para las cooperativas que no hayan vendido aún, aunque por esta fecha ya se han hecho muchas operaciones de venta. Y es malo para el sector ganadero, porque el precio de los piensos va a aumentar en un año ya muy complicado también por la sequía.

Y a partir de ahí, la cadena continuará. Lo que decía, es como si hubiésemos retrocedido un año en el tiempo. El grano sube, el pienso sube, los alimentos suben. Al final, nos afecta a todos.

De momento, en Extremadura tenemos la previsión de que la producción de trigo blando roce las 91.000 toneladas, mientras que la producción de trigo duro se estima en 3.993 toneladas y la de cebada en 35.400 toneladas. A ello se suman las 5.983 toneladas de avena y las poco más de 13.300 toneladas de triticale. Todo esto en cereales de invierno y, como decía, según la segunda estimación de cosecha realizada por Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura, que calcula que este año se destinan a cereales 259.314 hectáreas en Extremadura.

En esa superficie está incluido el maíz, un cultivo muy importante en nuestra región, para el que se estima una producción de 245.459 toneladas.

Se prevén unos rendimientos flojos, si bien la producción en la comarca de Campiña Sur ha sido desastrosa por la sequía y eso hace que los rendimientos sean menores al calcular la media de toda la región.

Una campaña como esta demuestra lo necesaria que es una buena y organizada gestión y planificación que ayude a minimizar el impacto de la corta producción y favorezca la distribución de cereal a lo largo de toda la campaña de comercialización. Y ahí las cooperativas tenemos mucho que aportar para cubrir las necesidades de consumo humano y ganadero, trabajando ya en la investigación, mejora genética y nuevas variedades como claves de futuro del sector.

En manos de otros queda la necesidad de establecer unas políticas adecuadas de gestión del agua que garanticen el acceso sostenible a recursos hídricos adecuados para la agricultura.

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